Día 9 - Inicio - Día 11
Fui el primero en amanecer, como siempre, y eso fue detonante para que durante un buen rato me estuvieran recordando cuántos días les había despertado pronto. ¡Ingratos! De no haber sido por mí habrían desperdiciado buena parte de su estancia dando vueltas en la cama.
Bromas aparte, desayunamos y nos pusimos en marcha en dirección a San Diego. No teníamos en principio un mayor interés por esta ciudad, pues el propósito de tal visita fue mayormente el pasar un día a Tijuana, pero mira por donde sin profundizar turísticamente, en una bahía del océano Pacífico descubrimos en San Diego una ciudad bonita, limpia, tranquila y que vislumbraba un buen nivel de vida.
De entre todo lo disponible por ver, nosotros hicimos poco más que pasear por la zona del muelle por la mañana, y por Horton Plaza y el Gaslamp Quarter por la tarde.
Para acabar el día nos dirigimos nuevamente al Gaslamp Quarter, donde con acierto optamos por cenar en un caprichoso y estilista restaurante tailandés. Tras un par de cervezas retornamos a la residencia militar en que nos alojábamos a dormir.
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Fui el primero en amanecer, como siempre, y eso fue detonante para que durante un buen rato me estuvieran recordando cuántos días les había despertado pronto. ¡Ingratos! De no haber sido por mí habrían desperdiciado buena parte de su estancia dando vueltas en la cama.
Bromas aparte, desayunamos y nos pusimos en marcha en dirección a San Diego. No teníamos en principio un mayor interés por esta ciudad, pues el propósito de tal visita fue mayormente el pasar un día a Tijuana, pero mira por donde sin profundizar turísticamente, en una bahía del océano Pacífico descubrimos en San Diego una ciudad bonita, limpia, tranquila y que vislumbraba un buen nivel de vida.
De entre todo lo disponible por ver, nosotros hicimos poco más que pasear por la zona del muelle por la mañana, y por Horton Plaza y el Gaslamp Quarter por la tarde.
El Horton Plaza se trata de un centro comercial, mientras que el Gaslamp Quarter constituye uno de los puntos de interés en la ciudad. Antiguamente fue una zona decadente de San Diego, si bien, hoy en día sus calles con edificios antiguos, tiendas, bares y restaurantes le confieren un glamour especial. Así mismo, aprovechando la proximidad, desde allí nos acercamos a visitar el lindante estadio de baseball de Los Padres de San Diego.
Siguiendo con nuestro paseo, entablamos, o mejor dicho él entabló cono nosotros, conversación con un homeless que decía ser D.J.. Él hablaba y hablaba mientras nosotros cortesmente le seguíamos la corriente. Pero mira por donde, tras un rato de monólogo, lejos de acabar pidiendo algo, nos indicó que la última planta de una de las torres allí existentes y visiblesdesde nuestra ubicación, concretamente la Harbor Tower, era visitable gratuitamente. Apunte éste que nos valió para ver la ciudad de noche desde lo alto.Para acabar el día nos dirigimos nuevamente al Gaslamp Quarter, donde con acierto optamos por cenar en un caprichoso y estilista restaurante tailandés. Tras un par de cervezas retornamos a la residencia militar en que nos alojábamos a dormir.
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