Inicio - Día 2
Realizamos nuestra llegada a eso de las 21:00 horas del día 14 de septiembre, de modo que tras ir a recoger el flamante coche que alquilamos para nuestra ruta (hete aquí el primer consejo, alquilar un coche de gama alta en los Estados Unidos no supone mucho más dinero, y a tenor de las kilometradas que esperan, sin duda el decantarnos por no escatimar en este sentido fue todo un acierto), nos fuimos directos para nuestro alojamiento en el downtown. Durante el trayecto, a pesar de ser de noche, la ciudad ya dejó vislumbrar que no decepcionaría.
Una vez con las maletas a buen recaudo en nuestras habitaciones, salimos dispuestos a buscar un sitio donde tomar un bocado. Una de las características de San Francisco es que tiene uno de los mayores niveles de homeless, y podemos dar fe que cualquier cosa que os digan en este sentido es poco. Aquello era realmente impresionante, los grupos de vagabundos eran de a diez, y la separación entre grupo y grupo no sería mayor de 15 o 20 metros, sin perjuicio de aquellos homeless que iban en solitario. Por contra, señalar que no molestan lo más mínimo al personal, están totalmente a lo suyo. No es improbable que se acerquen para pedir, pero a la primera negativa no insisten mayormente. Contada la anécdota, decir poco más que saciamos nuestra hambre en una pizzería, de ahí a echar un par de cervezas y directos al sobre, pues nos esperaba al día siguiente una larga jornada.
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Realizamos nuestra llegada a eso de las 21:00 horas del día 14 de septiembre, de modo que tras ir a recoger el flamante coche que alquilamos para nuestra ruta (hete aquí el primer consejo, alquilar un coche de gama alta en los Estados Unidos no supone mucho más dinero, y a tenor de las kilometradas que esperan, sin duda el decantarnos por no escatimar en este sentido fue todo un acierto), nos fuimos directos para nuestro alojamiento en el downtown. Durante el trayecto, a pesar de ser de noche, la ciudad ya dejó vislumbrar que no decepcionaría.
Una vez con las maletas a buen recaudo en nuestras habitaciones, salimos dispuestos a buscar un sitio donde tomar un bocado. Una de las características de San Francisco es que tiene uno de los mayores niveles de homeless, y podemos dar fe que cualquier cosa que os digan en este sentido es poco. Aquello era realmente impresionante, los grupos de vagabundos eran de a diez, y la separación entre grupo y grupo no sería mayor de 15 o 20 metros, sin perjuicio de aquellos homeless que iban en solitario. Por contra, señalar que no molestan lo más mínimo al personal, están totalmente a lo suyo. No es improbable que se acerquen para pedir, pero a la primera negativa no insisten mayormente. Contada la anécdota, decir poco más que saciamos nuestra hambre en una pizzería, de ahí a echar un par de cervezas y directos al sobre, pues nos esperaba al día siguiente una larga jornada.
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Comentarios
*PUES SÍ, VAYA PERCAL 1ER Y 3ER MUNDO EN LA MISMA MANZANA, POR LO MENOS ALLÍ NO LO LIMPIARON COMO HICIERON CON NY EN SU DIA..