Hombre bien informado vale por dos

Desarrollamos nuestra existencia en la era de la información, de hecho, así se denomina a nuestra sociedad, la sociedad de la información. En este sentido, si siempre se ha dicho que la información es poder, esta premisa alcanza actualmente cotas inalcanzables, y por ende es sin duda la principal de las razones por las que los massmedia hoy en día se encuentran tan manipulados.
Lamentablemente, es mi opinión y como tal se filtra tanto explícita como implícitamente en muchos de mis textos, un gran grueso de la población carece de los suficientes esquemas cognitivos y espíritu crítico como para cuestionar o contrastar aquellas informaciones que recibe. Pero es que aún es más, la crítica no sólo no existe, sino que no se favorece.
Pongo por ejemplo concreto de cara a contrastar información el reciente atentado de Benazir Buto, cuya malograda figura se nos presentaba como la única esperanza existente en Pakistán de cara a una futura democracia, o al menos, así entendí yo los comunicados de prensa. A este respecto me pregunto, ¿cuántos son conocedores de que esta señora estuvo implicada en casos de corrupción y que por tales motivos se justificó su exilio? ¿Cuántas personas saben que esta señora durante su referida estancia forzosa fuera de Pakistán estableció contactos con el actual líder a derrocar, Pervez Musharraf? ¿Se publicita que esta señora era parte de una familia de gobernantes que heredaban su poder de unos a otros, lo cuál sigue en vigor tal y como constata el relevo que su hijo efectúa?
En fin, esta señora no era ni mucho menos el paradigma de la honestidad que Pakistán necesita. Tal vez menos mala que el actual dirigente, pues tal vez eso sí, pero nada más lejos de la realidad que el que fuera una mártir que murió en su causa.
Si me pongo a divagar acerca del punto que señalo respecto a lo de que la crítica ni existe ni conviene, tan sólo referirse a cualquier hecho político. El gobierno hace, la oposición sanciona. Sea lo que sea, donde dije digo, digo Diego. Que los datos son malos, la culpa del anterior. La consigna de la actualidad política es no reconocer nada negativo. ¿Y esto por qué? Pues porque los partidos políticos son los primeros que son conscientes de la ausencia de la citada capacidad crítica por parte del españolito. En esta línea es más rentable negar la evidencia que justificar una mala gestión. Valgan de ejemplo a nuestro no declarado sistema bipartidista, los malos datos del Informe Pisa para los unos, las sentencias judiciales a colación de los atentados del 13-M para los otros.
Ante tal panorama, lo más conveniente para las altas esferas, pues lo que ahora tenemos, medios de comunicación mediatizados cual metástasis. De ello no cabe duda, pues las diferentes ideologías que subyacen detrás de determinadas ondas o editoriales, siquiera me molesto en dar nombres, son totalmente evidentes.
Pero hasta tal punto vence la parcialidad de la información, que un mismo hecho no es que sea objeto de distintos puntos de vista, sino que según quienes lo cuenten, más que dos versiones de lo mismo parecen dos relatos de distintas, si acaso parecidas, realidades.
Supongo que ante este hilo, habrá quien rebata recordando la constitucional libertad de expresión. Ciertamente, la libertad de expresión, en España existir, existe, pero para ser más correctos, acotemos ese "existe" con las comillas que ahora lo adornan.
En primer lugar porque las publicaciones más libertarias gozan de tiradas menores que aquellas editoriales políticamente correctas. Y en segundo, porque aquellas que mayor potencial tienen, o bien se acaban vendiendo a la mano que mece la cuna, o bien no dejan de ser objeto de todas aquellas presiones legalmente factibles; señalando por ejemplo en este sentido el secuestro que se hizo de la portada de El jueves, sobre cuyo contenido en cuestión me abstengo de opinar.
Así mismo, en esta línea, ratificando nuevamente la manipulación informativa existente, cabría señalar cuánto no se clamó respecto a la postura tomada por los dirigentes islamistas tiempo atrás ante una caricatura de Mahoma que apareció en el Jylland-Posten, un periódico danés, actitud ésta ante la cual todo el mundo, al menos en España, se llenó la boca por lo retrógrado de los musulmanes.
Por un contrario, ese mismo bombo y platillo ni mucho menos se le dio al citado secuestro, hecho sintomático de que en España la Corona, con detractores o no, constituye vaca sagrada y punto.
La parcialidad y la manipulación de la información es incuestionable. Como anillo al dedo viene el eslogan, por significativo, con el que comienza el Gran Wyoming El Intermedio, su show: "Ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad".
Fácil de entender es que la asepticidad informativa es de difícil consecución, por no decir imposible, ya que uno no puede escapar a su propia subjetividad, de modo que todo aquello que comunique siempre tendrá algo de el comunicador, siempre llevará la impronta de éste.
Tomando café con Ana y José Miguel el otro día, hablando entre otras cosas de la parcialidad comunicativa, tal cual pasó por mi cabeza no pude evitar decir: "Sólo yo soy objetivo". Automáticamente ante tal sarcasmo todos nos echamos a reír. La frase la lancé con veneno, pero cuánto sentido no tiene.
Conclusión al fin y a la postre, lea con cautela, incluso a mí si tiene a bien invertirme un poco de su tiempo, y no se crea todo lo que le dicen. Y tal y como reza el epígrafe del presente blog, aproveche las circunstancias y piense…

Comentarios

José Miguel ha dicho que…
Habría mucha tela que cortar en este artículo, pero voy a contar lo que me pasó el día 1 ó 2 de enero viendo la televisión, en concreto “Cuatro”.
El presentador comenzó a informar (sí, aquí también deberíamos poner el adorno de las comillas) acerca del discurso de Año Nuevo que el Papa había leído en Roma. Me gustaría tener trascrita la alocución del presentador, pero como me es imposible me fiaré de mi memoria.
Según él, el Papa había realizado un discurso en el que se atacaba al gabinete Zapatero, se criticaba a los matrimonios homosexuales y otras lindezas. Todo ello dicho en los titulares y con tono de alarma. Vamos, que parecía que el Vaticano nos había declarado la guerra.
Hay que reconocer que la línea editorial de la cadena logró en un principio en mí el efecto que buscaba en la audiencia filo-socialista: me indigné de que el Papa hubiera dicho semejantes cosas. Después, vino el vídeo, y yo a Zapatero no lo oí nombrar por ninguna parte, ni a los matrimonios homosexuales ni a nada de nada.
Hoy, con el discurso íntegro del Papa en la mano, veo que lo más incendiario y “anti-PSOE” que el alemán dijo fue: “quien obstaculiza la institución familiar [...] hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil” (por si acaso, señalo que no estoy de acuerdo con esta afirmación, sobre todo porque es un absurdo).
Yo no sé dónde vio Cuatro que atacaban a Zapatero, lo que sí sé es que les vino muy bien para alimentar la campaña anti-Iglesia que había comenzado con la manifestación de los obispos pocos días antes en Madrid.
Ahora, aunque en el vídeo no se decía nada grave salvo lo expuesto, los telespectadores se quedaron con la indignación inicial.
Por otra parte, recuerdo que Sánchez-Dragó, tras expresar unos consejos para la vida en uno de sus libros, daba una última y acertadísima opinión final: “no se crean sin más los anteriores consejos, compruébenlos por sí mismos”.
Al autor del blog le digo que temo por él, espero que no le cierren el chiringuito por reproducir la caricatura del rey.
Por último, y al estilo Sánchez-Dragó, les digo que no confíen demasiado en este comentario: ¡podría estar manipulado!