Emilio Lledó habla: La ética antigua en nuestros días

El pasado lunes día 5 de mayo tuvo lugar una conferencia de Emilio Lledó, pensador del S. XX y de lo que llevamos del XXI, personaje éste del cual, debo confesar, yo no tenía conocimiento previo, si bien, se trata de una gran autoridad en el mundo de la filosofía.
La charla, de título La ética antigua en nuestros días y para cuya asistencia se precisaba invitación, se celebraba dentro del ciclo CAI en el siglo XXI. Tuve conocimiento de la misma gracias a uno de mis profesores de Universidad, Profesor Doctor don Antonio Bernat, quien no sólo nos animó a asistir voluntariamente, sino que además nos granjeó las respectivas gracias para acceder.
Sin mayores rodeos, capitulo la crónica de lo que fue la magnífica exposición.

La ética antigua en nuestros días
(última conferencia del ciclo CAI en el siglo XXI, dedicado a la ética, ofrecida por Emilio Lledó Íñigo)

Tras la presentación por parte de José María Serrano del profesor don Emilio Lledó Íñigo, comenzó agradecido éste su exposición señalando lo vacíos que se encuentran muchos de los términos que usamos hoy en día, mencionando expresamente entre otros la democracia y la solidaridad, con especial mención al concepto que sería principal objeto de la charla, la ética griega.
El uso ha devaluado sobremanera el significado de las palabras que utilizamos, aspecto éste que explicó con una acertada metáfora de Nietzsche, según la cual, las palabras que empleamos carecen de verdadero sentido, del mismo modo que las monedas muy usadas pierden el troquel que las define como tales y se convierten en mero metal.
Los seres humanos somo s ante todo lenguaje, y los conceptos, consecuencia de no haber sido pensados (problema ético) carecen de significado.
Se ensalza la importancia de la libertad de expresión, cuando lo verdaderamente importante es la libertad de pensar. Palabras textuales del profesor fueron: "para qué quiero la libertad de expresión, si luego sólo digo tonterías".
Así mismo, se destacan distintos criterios como el de identidad territorial, lo cual carece de mayor fundamento si se considera que el trasfondo reside en una cuestión de azar. Por extensión del territorio y en los mismos términos, nos encontramos la lengua materna. El acento, la responsabilidad no reside en la lengua materna, sino en la lengua matriz: lo que pienso, lo que digo, lo que comunico.
Las posibilidades de comunicación son enormes en la actualidad, por el contrario, nuestros mensajes se encuentran cercenados. Hoy en día nos encontramos bombardeados por los medios de comunicación, ante tal circunstancia, frente a la televisión, la radio, la prensa, etc., el profesor no constituye más que una mínima parte de la comunicación, razón de más para que huya de las frases hechas que nos rodean y atontan, e incida y se apoye en un discurso con fundamento.
Tal y como dijera Nietzsche, no se puede alcanzar el profundo mundo de lo moral si no realizamos una revisión previa de los conceptos. Puntualizó el Sr. Lledó la no diferenciación entre ética clásica y moderna. Los problemas éticos siguen siendo los mismos, son problemas eternos.
Proveniente de ethos, cuyo significado inicial era el de morada o lugar de un animal, la ética se define como el espacio ideal en el que encontramos cobijo.
Una de las dificultades para la ética residía en la relación de los humanos entre sí y también con el mundo, así, la justicia no es sino la amistad secularizada, democratizada.
El ser humano es un indigente, un necesitante. Lo cual conllevó la aparición de la política y de la ética. No hay posibilidad de democracia ni de ningún otro sistema político si no hay educación, lo cual lleva implícito estructuras comunicativas.
Para encontrar el bien que posibilitase la convivencia, la superación de las limitaciones de la realidad, siempre resumidas en el yo, se precisa conocerse así mismo. Con tal finalidad, me tengo que mirar en un amigo, o séase, el alter ego, mi otro yo.
El hombre es un lobo para el hombre, lo cual sólo puede superarse mediante la paideia, que para los griegos era la base de la educación que dotase a los hombres de un carácter verdaderamente humano.

Respecto de lo expuesto, debo confesar que quedé gratamente satisfecho. Desde luego la asistencia mereció la pena. Si a este hecho, añadimos a su vez que mis compañeros y yo tuvimos la oportunidad de conocer a Emilio Lledó, gracias nuevamente a Antonio Bernat, cuya tesis doctoral fuera dirigida por el ilustre pensador, pues la verdad, velada para el recuerdo.
Muy brevemente, con relación a los aspectos que mayormente me calaron, sin duda el primero es el de la importancia del lenguaje. Ciertamente es la herramienta clave. La reflexión que hiciera así mismo Emilio Lledó sobre el hecho de que todos los hombres somos pública o privadamente enemigos de los demás, y al tiempo de sí mismos, era un elemento sobre el que no había reparado anteriormente pero que comparto completamente.
Igualmente de acuerdo me encuentro con la que señalara como clave para superar esta dualidad (y tantas otras cuestiones): la educación.

Comentarios

José Miguel ha dicho que…
A mí ese tipo de conferencias me gustan mucho. Lástima no haber podido asistir. Todo lo que cuentas es muy interesante.
Me ha llamado especialmente la atención la idea de Nietzsche según la cual las palabras carecen de verdadero sentido. Realmente, es cierto. ¿Qué significa la palabra fascista, o la palabra demagogo, que se emplean siempre que no se sabe muy bien con qué argumentos contraatacar al oponente?
También se ha perdido el valor de la palabra en que ahora se usa (yo pienso que mucho más que antes) para engañar, para manipular, para tergiversar...¿Qué valor tiene la palabra de un político?
También hoy la ética ha perdido mucho por el relativismo moral en que nos encontramos. Dices que antes se intentaba dar con el cobijo ideal para el hombre. Hoy en día, vale cualquier cobijo sea como sea, todo es igual, nada es mejor que nada. Creo que en este relativismo la sociedad tiene un problema serio. Tenemos una sociedad enferma.
ECO5 ha dicho que…
Alguien tiene un Dardo por aquí... http://cochepatrulla.blogspot.com/2008/05/aqu-estoy-eh.html
XX ha dicho que…
"para qué quiero la libertad de expresión, si luego sólo digo tonterías"

Una gran verdad.

Creo que el mundo necesita más Foucault en este aspecto.

Un saludo.