Esta instantánea, que recorrió el mundo entero, conllevó en 1994 el premio Pulitzer de fotoperiodismo para el fotógrafo documentalista sudanés Kevin Cater.
En la imagen puede verse en primer plano la imagen de una niña desnuda, desvalida, completamente desnutrida, recostándose sobre la tierra totalmente derrotada por la hambruna y a punto de morir. En segundo plano, se advierte la figura de un expectante buitre que espera pacientemente la llegada de la parca.
La crueldad de la escena, bajo mi punto de vista, se ve acrecentada por la desmitificación de la persona mediante la mera transformación en carne a la que la somete la madre naturaleza con el devenir de su ciclo natural.
Sin duda, esta imagen suscita reflexión. Nos encontramos inmersos en una era de tecnología y consumo que explota el planeta y globaliza a su antojo en beneficio de unos y perjuicio de otros, política ésta a todas luces inadmisible que en el caso de que no implique la extinción de la especie humana, seguramente hará que esta época sea recordada en un futuro como una de las más destructivas e incoherentes de todos los tiempos. Nuestra sociedad navega sin rumbo. Se están soslayando los principios más fundamentales. El trasfondo está tan vacío, es tan vano, que ciertamente vagamos a la deriva.
La crueldad de la escena, bajo mi punto de vista, se ve acrecentada por la desmitificación de la persona mediante la mera transformación en carne a la que la somete la madre naturaleza con el devenir de su ciclo natural.
Sin duda, esta imagen suscita reflexión. Nos encontramos inmersos en una era de tecnología y consumo que explota el planeta y globaliza a su antojo en beneficio de unos y perjuicio de otros, política ésta a todas luces inadmisible que en el caso de que no implique la extinción de la especie humana, seguramente hará que esta época sea recordada en un futuro como una de las más destructivas e incoherentes de todos los tiempos. Nuestra sociedad navega sin rumbo. Se están soslayando los principios más fundamentales. El trasfondo está tan vacío, es tan vano, que ciertamente vagamos a la deriva.
Comentarios
No sé, creo que en muchos casos los fotógrafos y reporteros son meros notarios de la realidad, no sé si se puede considerar culpable.
No tengo depresión ni nada así, es que simplemente pienso que los demás se toman todo demasiado a la tremenda, buscando arreglarlo todo, cuando todo es dual y pasajero, es imposible arreglar algo para siempre. Prefiero estar distraído y tranquilo. Pero evidentemente entiendo que eso es malo para mi trabajo y para mi: claro que descuidarme en todo es malo.
Lo que quiero decir es que racionalmente lo entiendo, pero mis emociones no funcionan, por eso me cuesta porque me tengo que forzar mentalmente a todo.
Te pido opinión y algo de información porque con tus artículos te has ganado mi respeto por tu opinión.
Gracias y hasta la vista.