¡Vuélvete loco! ¿Son 12 ó 13?


Como podrá observar, el dibujo de la izquierda consta de un número determinado de personas; consistiendo la primera parte del ejercicio en algo tan simple como contar el número de personajes.
¿Ya los ha contado? Muy bien, ¿cuál es su respuesta? Espero que le hayan salido doce, si no, tal vez sea un poco aventurado decir esto, creo que usted tiene un problema.
Una vez llegados a la plena convicción de que la imagen la constituyen doce personas pasaremos a la segunda parte del juego. Para ello será necesario que haga clic sobre el dibujo (no lo haga hasta que se le indique), momento en el cual, tras unos segundos, la mitad superior del mismo se desdoblará a su vez en dos partes que se intercambiarán dando lugar a una nueva imagen con, ¿el mismo número de personajes?
Cuente cuantas veces quiera y no se deje engañar por su percepción. ¿Cuántos personajes hay en realidad? ¿Por qué se produce este fenómeno? Le doy mi venia para hacer el referido clic.

SOLUCIÓN

¿Ha conseguido dar con el porqué ocurre esto? El trasfondo del juego es tan sencillo y al mismo tiempo tan bien disimulado, que no me queda otra que quitarme el sombrero ante su, al menos para mí, anónimo autor.

La respuesta podemos encontrarla en una conocida ley física, concretamente la ley de la masa, la cual seguro conocerán y que dice así: “la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”.

Así pues, ya estamos orientados en el buen camino de cara a la solución del enigma, trámite éste para el cual yo recurrí a la segmentación de la imagen y análisis de cada fragmento, cuyo desarrollo, que a continuación se expone, por más que lo he querido simplificar no deja de ser de tediosa lectura.

En primer lugar numeré a cada uno de los personajes, lo cual como buen occidental hice de izquierda a derecha, otorgando así sucesivamente números del uno al doce.

Seguidamente observé, en la transición de la primera imagen a la segunda, que parte de sí mismos prestaban cada uno de ellos y a quien, comparándolo con la parte que aquellos benefactores prestaban a su vez, ante lo cual obtuve los siguientes resultados:

El nº 1 presta su coronilla al nº 8, quien también presta su coronilla.
El nº 2 presta su cuerpo de pecho para arriba al nº 9, quien presta idéntica zona.
El nº 3 presta todo menos sus zapatos al nº 10, que es igual de caritativo.
El nº 4 presta su cara de nariz para arriba al nº 11, quien presta su cabeza completa.
El nº 5 presta de cintura para arriba al nº 12, el cual presta su cuerpo de rodillas para arriba.
El nº 6 presta su cabeza y hombros al nº 2, que presta su cuerpo de pecho para arriba.
El nº 7 presta su cuerpo de tobillos para arriba al nº 3, quien dona su cuerpo con excepción de sus zapatos.
El nº 8 presta su coronilla al nº 4, el cual presta su cabeza de nariz para arriba.
El nº 9 presta su cuerpo de tripa para arriba al nº 5, quien renuncia a su cuerpo de cintura para arriba.
El nº 10 hace el préstamo estrella, pues con su cesión de cuerpo de zapatos en adelante crea a un nuevo personaje nº 5 bis.
El nº 11 presta su cabeza al nº 6, quien no tiene inconveniente en desprenderse de su cabeza y hombros.
El nº 12 presta de rodillas para arriba al nº 7, el cual presta a su vez su cuerpo de tobillos para arriba.

De este modo, concretamos que nuestro guerrero número 13, o bien nº 5 bis, es creado por obra y gracia del nº 10. Si atendemos a la ley física anteriormente referida, y considerando que el personaje nº 10 no tiene dones divinos y por tanto no puede crear a nuestro nuevo Adán de una costilla propia, tendremos que analizar los préstamos, advirtiendo que a partir del personaje nº 4, en todos se va creando un pequeño excedente: que si unos muslos, que si unos pectorales, que si media cara… hasta que poco a poco, sumando todos y cada uno de los sobrantes, hacemos un nuevo personaje completo que compensa con la aportación comunitaria la referida creación, que como queda demostrado, no es tal.

El juego está sencilla pero perfectamente planeado, ya que el continuo movimiento y la similitud de las imágenes, hace que sea difícil coger referencias. Así mismo, el hecho de que los tres primeros personajes presten partes al estilo ojo por ojo y diente por diente, es decir, sin crear excedente alguno, hace que quien se anime por esta vía de investigación la desestime por infructuosa, pues nuestra tendencia natural, reitero por aquello de la condición de occidentales, será empezar el estudio por los sujetos sitos a la izquierda.

De este modo, y amparado en cierto modo en el bajo nivel de detalle del dibujo, todos hacen pequeñas aportaciones que compensan la generosidad del anteriormente citado nº 10, de modo que sacrificando todos un poco de sí, por ejemplo personajes sin cuello, sin coronilla… seguimos teniendo 12 personajes un poco más pobres que antes, si bien, por el contrario ganamos un décimo tercero.

Aprovecho para dedicar esta entrada a mi amigo Matute, gran humorista mejor persona, pues fue gracias a él por quien he tenido conocimiento tanto de este juego (cuyo nombre también es aportación indirecta suya), como de La mujer girando.

Comentarios

José Miguel ha dicho que…
Resolver este juego en Año Nuevo es un poco mareante, pues el cuerpo parece hallarse predispuesto para otros menesteres más acordes con la resaca que da la bienvenida al nuevo año.
Para los que beban, creo que no estará recomendado visualizar hoy este movimiento incesante de individuos, no vaya a desencadenar un delirium tremens.
Lo que más me ha sorprendido de este juego ha sido un aspecto colateral: ¡qué ingenio hay que tener para idearlo! ¡No sé cómo se les ocurre!
Yo personalmente me he quedado más o menos donde había que ver 12 individuos, luego ya lo he visto todo más confuso.
No, en serio, el juego está bien, dígale a ese amigo suyo que nos siga proveyendo de estos entretenidos a la par que instructivos juegos.