Muchas, pequeñas y esclavas


¿Para qué quiero libertad de expresión si luego no sé lo que digo? Decía críticamente Emilio Lledó, quien apuntaba a la pérdida de significado de las palabras como el del troquel de una moneda con el uso. Desde hace ya muchos más meses de los deseables se habla de la crisis una y otra vez, se segmentan las causas de la misma, se demoniza a unos cuantos y se evita hablar de la raíz del problema, entre tanto se especula con nuestra prima de riesgo y nos acercamos al abismo cada vez más.
Y sí, se habla y se dice pero en verdad no se cuenta nada. Está en boca de todos que los problemas de España son estructurales, y no deja de llamar la atención que “sabiéndose” cuales son los problemas no se solucionen. En mi opinión es porque “problemas estructurales” es uno de esos términos ambiguos de los que se abusa, que todos emplean y pocos saben lo que significan, si es que significan algo, claro está. Entre tanto, el barco se hunde.
El problema estructural es de hondo calado, y la acción llega hasta el último estrato. Seré más concreto, el problema de España es usted (y mal que me pese yo también). La acción incorrecta primera es la suya. Su acción es errónea y se mantiene en el tiempo, y consecuencia de ella surgen otras acciones indeseables generándose un efecto de bola de nieve con actos cada vez peores por parte de terceros que uno a uno nos lleva hasta la situación actual.
Un español medio un día hace una llamada privada desde el teléfono del trabajo, mientras tanto otro se lleva unos folios a su casa, otro transige con que le hagan una chapuza en casa sin factura para ahorrarse el IVA, y lo mejor de todo es que nadie se siente culpable, pues lamentablemente siempre hay uno que ha hecho algo peor, ya sea el político de turno, ya sea otro banco y su agujero negro. En consecuencia, como los hay peores el españolito se auto-licencia para ser igualmente inmoral en lugar de exigir responsabilidades, que es lo que se debería hacer.
Así pues, no se sienta diferente del político que malversa, porque tal vez son muchas las personas que si detentaran ese poder serían igualmente corruptos. Habida cuenta de que si el político está ahí no deja de ser porque la mayoría lo eligieron.
Solucionarnos a cada uno de nosotros es harto complicado. España es un país que navega en un mar pobre de valores y de espíritu crítico. Cambiar esto precisa de un golpe de timón en el ámbito de la educación, y eso no va a pasar, pues el político es el que tiene el timón y él vive de ello. Él vive de su ignorancia, de su falta de capacidad de reflexión, de su banal individualidad y por tanto, de su incapacidad de acción. Y pérmitame una aclaración, la educación no es sólo para la escuela y para los niños.
Somos un país donde no todos somos iguales. Ni en derechos ni en capacidad de voto, pues no todos los votos tienen el mismo valor “gracias” al concepto de la representatividad territorial. Somos unos pobre ignorantes que se creen que ser español les hace perder su condición de catalán o de vasco. Derrochamos el dinero en un Estado de las Autonomías que es una auténtica quiebra financiera. Se invierte en educación sólo para separar y no para mejorar, y si para ello hace falta cambiar la historia se cambia y punto, será por falta de revisionistas. Asimismo por aquello de que los que no aprobaban no se frustraran se pulverizaron los mínimos exigibles y al final aquí ya nadie sabe nada, ni los que estudian ni los que no. Una sola generación nos ha bastado para crear a los ninis. ¿Dónde ha quedado aquello de joven pero sobradamente preparado?
Lo peor de todo es que el problema está tan enquistado y que son tantos los beneficiados que no alcanzo a ver una solución eficaz no traumática. Las medidas económicas adoptadas hasta el momento han sido subida de impuestos y bajada de salarios a los funcionarios. Medidas no eficaces y que tan sólo generan un empobrecimiento general en la población que para nada supondrá una activación económica. Se culpa a unos pocos primero y a otros pocos después, en un eufemismo que no responsabiliza al ciudadano sino que lo define de víctima pero que sobre el que por un contrario recae el esfuerzo siempre en forma de recorte. De esta forma se consigue que el pueblo se ocupe en pelearse consigo mismo en vez de conminar al ejecutivo a una toma de decisiones profundas y de calado, las cuales no ocurrirán, porque tenga claro que el gobierno no vela por el interés general, el político se debe a dos máximas, una es él mismo, y la otra es el partido y allegados para los que en verdad trabaja. En consecuencia ningún político eliminará el Estado de las Autonomías, ningún político dejará de inyectar dinero a los partidos políticos y a los sindicatos, ningún político desarrollará un programa educativo de calidad y lo establecerá como obligatorio en todo el estado, ni nadie le garantizará una educación en castellano. Los bancos y cajas seguirán recibiendo tanta ayuda como sea necesaria a pesar de ser los grandes artífices de nuestra ruina, y a las empresas públicas no se les aplicará recorte alguno a diferencia de como se ha hecho con el resto de servicios públicos.
Se oía años atrás que España era un país democráticamente joven y que por ello todavía no sabía serlo. Yo opino que después de 36 años no somos jóvenes, y que lo que no hemos sabido hacer ha sido vivir en democracia. Hemos creado un Estado de Derecho que se ha desvirtuado a sí mismo. Un derecho que en su afán por proteger ha defendido lo que resulta inadmisible. Ya lo decía Goya, “el sueño de la razón produce monstruos”, y esto queda demostrado en el hecho de que una banda terrorista tenga representación política en un parlamento, que no existan consecuencias en un ex presidente del gobierno que reconoce no haber sido sincero siendo las consecuencias de ello el derrumbe del estado de bienestar, que una comunidad autónoma se desmarque de las directrices estatales a pesar de su pésima situación con el consiguiente perjuicio para la totalidad del estado y ante ello no se pueda hacer nada, o que a personas responsables de actos totalmente inmorales e incluso ilícitos les correspondan indemnizaciones millonarias.
Nuestros valores se han evaporado. Nos hemos centrado en los derechos y nos hemos olvidado de los deberes. Somos víctimas de la paradoja de la exaltación del individuo, pues uno por uno creemos ser diferentes, algo especial, y tan sólo somos otra más oveja del rebaño.
España fue un día Una, Grande y Libre. Para nada es mi ánimo defender nuestra anterior dictadura explícita, pero por favor, no sea víctima de la actual pero encubierta. Huya de los que reviven guerras de hace 80 años, pues no recurren a la historia para que usted no olvide quien es, tan sólo quieren que usted crea ser quien a ellos les conviene que usted sea.
De esto se sale, sí, pero se sale trabajando, trabajando todos juntos, con un mismo sentimiento, con una misma identidad y con un mismo objetivo. Se ha de lograr el objetivo del déficit, pero no con recortes populistas que sólo son un parche para un descosido. Se ha de cortar el despilfarro a nivel político, institucional, energético; se ha de invertir en educación, en innovación, aliviar cargas fiscales en el emprendedor; se ha de evitar que aquellos que reciben ayudas no realicen una contraprestación; se ha de evitar el fraude, se ha de reestructurar la función pública, se ha de impedir que ser electo sea una licencia para hacer y deshacer al arbitrio durante cuatro años... El sistema está corrupto, está enquistado en sí mismo. Deseo que pudiéramos remontar y que el necesario cambio viniera de manera no traumática, pero la podredumbre es tan profunda que la única solución es tirarlo todo y empezar de nuevo. La solución tampoco es algo tan imposible, se trata de reinventarnos a nosotros mismo tal y como hemos hecho en otras ocasiones. Se trata de algo muy sencillo, tan sólo hay que crear una Nación.

Comentarios

E5 ha dicho que…
Qué bueno volverte a leer... Y que de acuerdo estoy. La crisis mayor es la de valores, no la económica. Vamos hacia Venezuela en vez de hacia Alemania. España es un país irresponsable y como decía el clásico: "España cansa mucho".
Saludos.